El hallazgo fue mayor cuando estos mismos estudiosos lograron encontrar
conexiones a nivel energético entre varios grupos de Swivel sin importar
que la distancia entre ellos fuera millones de veces mayor a su tamaño,
esto quería decir que los Swivel también funcionaban como un puente
transmisor de energía/información entre los cuerpos que habitan el
universo.
Con estos descubrimientos la ciencia se encontraba en terrenos
esotéricos nunca antes imaginados, era solo necesario hacer lectura de
un conjunto de Swivels para conocer el destino de cualquier ser, éramos
capaces de conocer nuestro futuro cuántico.
Éste fue el primer error que cometí al tratar de razonar con una fuerza
que rebasa cualquier tipo de entendimiento humano, la arrogancia con la
que atendí semejante poder solo pudo ser castigada con los infortunios
de los que he sido presa.
Mi nombre es Isacc Vomihssa, soy físico cuántico en la universidad de
Buenos Aires, fui uno de los personajes que ayudó al descubrimiento del
Swivel, posiblemente lo más cercano a una manifestación divina avalada
por la ciencia.
En aquel tiempo yo tenía una familia, un hijo y una esposa, el pequeño
de 5 años de edad era mi adoración. Yo, un ser mecanizado por el flujo
de información que mis estudios acarreaba, veía la vida en símbolos,
medidas y distancias. Era un ser calculador y frio, veía la muerte como
un proceso físico sobrevalorado, no distinguía ninguna diferencia entre
un cuerpo vivo y uno muerto, la misma cantidad de materia formaban ambos
cuerpos.
Así pensaba hasta el día del nacimiento de mi primogénito, el milagro
que confirmaba la existencia de Dios en todo lo alto, aquello que rompía
con todo tipo de probabilidades, una violenta fuerza de circunstancias
que se veían desbordadas en un solo momento, en un solo ser, tan frágil y
tan fuerte, tan valiente y al mismo tiempo poseyente de una resignación
deslumbrante al encontrarse siendo escupido a una realidad a la cual el
nunca eligió asistir, sin el consentimiento propio lo dejaban desnudo y
propenso a un sin fin de calamidades.
Alguna vez escribí un manifiesto en el cual básicamente teorizaba sobre
la existencia de Dios. Hablaba de el no como una entidad, sino como una
acumulación de energía, un sin fin de cuerdas que vibraban y que
provocaban movimiento a otras cuerdas que a su vez se extendían por un
sin fin de lugares. Esta energía debía tener un inicio concéntrico, en
forma de espiral, la naturaleza está llena de espirales, de ciclos,
nosotros mismos nos encontramos en grandes ciclos a lo largo de nuestras
vidas, ciclos que en todos los casos se repiten en periodos de tiempos
casi iguales.
La naturaleza humana es tan soberbia que no logra admitir que nuestras
vidas están movidas por un Sino latente que nos impulsa
inconscientemente a realizar todos nuestros actos, ahora lo veo con
claridad, nadie es dueño de su destino, somos solo pequeñas piezas de
relojería cumpliendo una función sencilla, darle movimiento al universo.
En aquel año (2057), me encontraba enfrascado en mis labores de
investigación, había descubierto que los Swivels contenían una cantidad
incalculable de ejes dimensionales, nosotros, pertenecientes a una
realidad espacio/temporal definida, solo teníamos acceso a uno de esos
ejes, es decir, podíamos ver el "presente". Con ayuda de sofisticados
instrumentos logré captar señales de la existencia de estos otros ejes,
lo cual demostraba la existencia de otras dimensiones.
Una de las primeras características que noté en los swivels era el hecho
de que al momento en que un eje dimensional ajeno a nuestra realidad
era descubierto, inmediatamente cambiaba sus vibraciones y su posición.
Ciego de mis deseos de información logré hallar la forma de impedir que
estos ejes cambiaran su forma al ser observados... En este punto no sé
si el lector logre captar la esencia del poder que tenía en mis manos
con aquel conocimiento, así que trataré de explicarlo con un ejemplo:
cada una de estas partículas están ligadas entre sí, lo cual significa
que modificando la estructura dimensional de alguna de estas partículas
también se estará alterando de alguna manera la realidad de algún ser.
Pareciera que los Swivels eran conscientes de ello, y al momento en que
yo descubría una ventana dimensional hacia otro tiempo de algún ser, el
Swivel cambiaba inmediatamente, con esto lograba que no se alterara el
equilibrio entre mi realidad y la realidad ajena. Al momento en que
logré impedir el movimiento de los ejes pude ver claramente el futuro de
cualquier ser humano, animal, materia, cualquier cosa que existiera en
el universo. Lo que yo no sabía era que lo que vislumbraba del futuro,
no era en sí mismo el futuro, era un vestigio de lo que pudo ser ese
futuro, al interferir como un espectador, interfería también en la
sucesión de hechos y realidades.
De esto me di cuenta en uno de los experimentos en los que me encontraba
analizando el futuro cuántico de un sujeto de prueba, logré descubrir
dentro de las propias vibraciones de los Swivel la existencia de un
futuro cáncer que terminaría por matar al sujeto de prueba. En pleno uso
de mis facultades hice saber al paciente de dicha información,
esperando que la noticia le obligara a tomar medidas para contrarrestar
la enfermedad.
Tal fue el impacto de mi noticia que al salir del laboratorio, distraído
por mi revelación no prestó atención en un cruce vehicular, un móvil de
energía térmica terminó arrollándolo y quemándolo por lo menos en un
87% de su cuerpo. Murió a los dos meses después de una lenta agonía a
causa de las quemaduras.
El espectador al conocer información sobre el futuro cuántico de
cualquier ser, se vuelve factor cambiante directo, es imposible medir
las consecuencias de la intromisión, lo que es seguro es que después de
conocer el futuro cuántico de cualquier materia, el espectador terminará
por cambiarlo de una u otra forma. Este hecho ratificaba nuevamente mi
teoría sobre la ausencia real del libre albedrio, no somos más que
simples títeres de una fuerza superior a nuestra comprensión.
(continuará).
A mediados del siglo XXI se dio uno de los
hallazgos más increíbles en la historia de la humanidad. Los
responsables de éste descubrimiento, aterrados al mismo tiempo que
emocionados no dudaron en dar rienda suelta a su nueva revelación.
Después de múltiples análisis, en un laboratorio de Buenos Aires
Argentina se había logrado por fin aislar una partícula de Swivel.
Hasta ese entonces la teoría decía que un Swivel o eje dimensional, era
la partícula más pequeña de cualquier tipo de materia, el punto cero de
cualquier cosa que existiera en el universo, un conjunto de partículas
que dependiendo la posición de sus ejes daban forma a los objetos
físicos que se conocían.
Uno de los primeros experimentos realizados con estas partículas
consistía en descifrar el significado de la inclinación de dichos ejes.
Se descubrió que las partículas no solo daban forma al universo en el
plano espacial, sino que de alguna manera ellas guardaban información
pre programada sobre los acontecimientos de la materia a la cual
pertenecían.